En cuando llegamos a Paseo de Gracia nos dimos cuenta de que las fachadas de los edificios eran muy peculiares, pertenecían al modernismo arquitectónico. Este estilo tiene unas características muy notables, tales como: La inspiración en la naturaleza, el origen natural, el uso de la línea curva, la estilización de los motivos, tendencia de las imágenes femeninas… Nos informamos de cuales habían sido los arquitectos más importantes del modernismo arquitectónico, y descubrimos que los más importantes habían sido Aubrey Beardsley, Antoni Gaudí, Josep Puig, Kolo Moser, Lluís Domènech i Montaner, Victor Horta, Hector Guimard, Josef Hoffman... entre muchos otros.
Nos encontrábamos en la “Isla de la Discordia”, donde hay tres edificios modernistas: la Casa Lleó i Morera, diseñada en 1864 por Lluis Domènech i Montaner; la Casa Amatller, obra de Josep Puig i Cadafalch en el 1898y la Casa Batlló, diseñada por Antoni Gaudí en el 1904. Esta isla se llama así ya que los tres edificios más significativos son muy diferentes entre ellos. Las diferencias más notables eran los diferentes formas usadas (la Casa Batlló es mucho más curvada en todos los sentidos), diferentes decoraciones (ya que la Casa Lleó i Morera tenía muchas más ornamentación que las otras dos) y la utilización de las formas geométricas, destacables en la Casa Amatller. Nos llamó mucho la atención un dragón representado en la Casa Batlló. Justo a su lado, en la obra de Josep Puig i Cadafalch, vimos que gravado en la piedra estaba Sant Jordi, y a su lado, un héroe ahogando a un dragón. Andando calle abajo, los farolas modernistas que adornan todo el paseo nos llamaron mucho a atención.
Giramos hacia la calle Consejo de Ciento, y antes de legar a la Calle de la Diputación, nos topamos con el Paseo Permañer. Parecía que nos hubiéramos adentrado en las afueras de Londres, ya que todas las casas que encontramos eran de estilo inglés: colores claros, jardines delanteros, pocas rejas…
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